jueves, 29 de enero de 2009

Abuso municipal de la publicidad

Casi media página de publicidad en colores en el UH y en el Diario de Mallorca de 28 de enero:
"Darrrers dies! Reducció del 50% en la quota de la taxa de tractament de residus sòlids urbans. Informació: 010 -www.palma.es. Ajuntament de Palma".
Llamo y me informan de que los ingresos del o de los residentes en la vivienda no han de superar los 10.900€. ¿No se podría haber incluído esta información, fundamental, en la media página del anuncio? Evidentemente sí, pero entonces se hubiera perdido el efecto positivo para el Ayuntamiento del mensaje del anuncio que es: "¡El Ayuntamiento baja la tasa de basuras!". Es decir, mala información y autopropaganda.
En el sitio web se afirma que 4.000 personas podrán beneficiarse de la rebaja y se informa del papeleo necesario. El término "podrán" está muy bien elegido. No es "se beneficiarán" -el trámite es complicado, mucha gente ni se enterará, otras no tendrán los papeles, ...- ni es "podrían" que sugiere que, realmente, lo que se dará es muy poco. Pero el Ayuntamiento se anuncia con sus bonitos contenedores de colores, y además cuando alguien se queje de la tasa de basuras podrán contestar: "Hemos bajado la tasa a los más desfavorecidos" -sin decir a cuántos, naturalmente.
Enfin, todo ventajas. Para el equipo de gobierno del Ayuntamiento, naturtalmente.

martes, 27 de enero de 2009

Una pregunta para el Presidente

Un ciudadano le recordó a Zapatero sus optimistas previsiones económicas antes de las elecciones –íbamos a alcanzar el pleno empleo gracias a sus políticas- y le preguntó si se debían a falta de acierto o a voluntad de engaño. La respuesta de Zapatero no resolvió completamente la cuestión: “Yo puedo equivocarme, pero no engañar”. Es decir, Zapatero excluye la voluntad de engaño, pero no parece seguro respecto a la falta de acierto. Descorazonador, porque si Zapatero no ha conseguido todavía elaborar un juicio claro sobre el pasado –que le hubiera permitido decir simplemente, por ejemplo, “me equivoqué”- ¿podemos confiar en que llegue a tener una visión ni mínimamente acertada sobre el futuro?
Zapatero ha sido un desastre en sus previsiones y, como le señalaba el ciudadano aludido antes, un pésimo consejero. En enero de 2007 se manifestaba sobre el boom inmobiliario:

“Pero un país que crece demográficamente como crece España, básicamente por la inmigración, y como ha crecido, y que crea empleo, va a seguir construyendo viviendas. Es uno de los síntomas. Estados Unidos se caracteriza por estar siempre en crecimiento, y en crecimiento de la vivienda. Vamos a seguir creciendo en el sector de la construcción. El precio de la vivienda se está moderando, como dijimos que se iba a moderar. Éste es un país con espíritu de futuro, a diferencia de otros países occidentales con rentas per cápita altas que no tienen hoy esa actitud.”

No había porqué preocuparse, ni en España, ni en los Estados Unidos. Puede que Zapatero no estuviera bien informado, porque el fin de la burbuja en los Estados Unidos estaba ya en los periódicos y el exceso de viviendas construidas en España, también.
Continuaba Zapatero, lleno de optimismo:
“Por eso estamos seguros de que vamos a superar a Alemania y a Italia en renta per cápita de aquí a dos, tres años. Les vamos a coger. […] Sí, sí. De aquí al 2010 les podemos superar perfectamente. Igualar y superar ligeramente. Es que el recimiento de España está en el 4%. Creando empleo. Es que, insisto, el 60% de los puestos de trabajo que se crean en Europa se crean en España.”
Puede que se Zapatero se equivocara, quizás por no haber pensado seriamente cómo iba a conseguir España alcanzar a Alemania e Italia teniendo en cuenta, por ejemplo, que el fracaso escolar español triplica el alemán y duplica el italiano.
John Kay (Financial Times) escribía refiriéndose a los directores de los grandes bancos:
“Consolaría creer que esas personas saben que están en falta, pero que les han aconsejado negarlo. Si has provocado un accidente de tráfico un instinto humano de decencia es decir “perdón”, pero la letra pequeña de tu seguro te dicta lo contrario. Sin embargo, la mayoría de estos titanes de las finanzas no experimentan pesar porque no se sienten en falta. Realmente piensan que son víctimas, no villanos…”
¡Qué bien se le aplica a Zapatero siempre echándole la culpa a los demás, reclamando a todos que “arrimen el hombro”, y pidiendo a los ciudadanos que colaboren, sin tan sólo una pizca de autocrítica!

domingo, 4 de enero de 2009

Obama y Zapatero. Y Bush

Zapatero ha escrito –bueno, no seamos imprudentes: ha firmado- un artículo sobre Obama que es en realidad un artículo sobre sí mismo y sobre su política. Muy positivo, por supuesto, pero lleno de trampas. Se trata de arrimarse a Obama, atribuirse ideas comunes con él, objetivos comunes, un mismo común espíritu “progresista”. En la vanguardia, naturalmente, Zapatero, encantado de haberse conocido: “Con la victoria de noviembre, los electores le han dado a Obama una magnífica oportunidad, lo sé por propia experiencia; pero sobre todo se la han dado a ellos mismos.” En la vanguardia y calificando de “admirable” la democracia americana. ¿Se ha caído del caballo Zapatero, un hombre con sentido del estado, que permaneció sentado delante de la bandera americana? No importa una caída para tratar de conseguir que el prestigio de Obama y las esperanzas puestas en él presten algo de brillo a su propia política y a sí mismo.
Obama representa, dice Zapatero, el cambio, “un nuevo comienzo”. Sí, pero sobre la continuidad de la nación americana, de la ciudadanía americana, de los ideales americanos, de un ámbito permanente en el que el proceso político tiene lugar. Al contrario que para Obama el cambio de Zapatero ha supuesto, en primer lugar, poner en cuestión esa continuidad en el caso de España –con bastante ayuda, por acción y por omisión, del PP.
Obama, como Zapatero, ha estado en contra de la guerra de Irak lo que para Zapatero señala en la dirección de una futura “agenda progresista global”, que “no es ni siquiera imaginable sin el impulso político dado desde los Estados Unidos”. Es decir, ¿Obama junto a Zapatero de “progresista” por el mundo, y Estados Unidos dejando de hacer la política internacional de gran potencia que vela por sus intereses cuya formulación comparten, básicamente, demócratas y republicanos? Lo dudo.
Obama, como Zapatero, preocupado por el medio ambiente y luchando contra el cambio climático. Esperemos que Obama se tome en serio el cambio climático, pero de todos los países avanzados España es el que más se aleja del cumplimiento de sus compromisos con Kyoto. ¿Se toma en serio Zapatero el cambio climático o toda su preocupación medioambiental es, básicamente, palabrería?
Zapatero quisiera ser identificado con las esperanzas que alienta Obama más que con su propia trayectoria política: cinco años gobernando, es decir, haciendo y dejando de hacer cosas que pueden ser evaluadas. Zapatero es, por lo tanto, más Bush que Obama, y en algunas cosas es muy, pero que muy Bush. Tomemos la economía, por ejemplo. Obama gobernará en medio de una seria crisis económica en cuya gestación no ha tenido, obviamente, parte. Bush, sin embargo, sí la ha tenido, lo mismo que Zapatero. En la gestión pública de la economía durante la era Bush se han cometido errores importantes: de política monetaria, de regulación, fiscales, que van al debe de Bush y que son, en parte, la causa de la crisis económica mundial. ¿La gestión pública de la economía en los años de gobierno de Zapatero ha sido buena? Definitivamente, no. Zapatero no ha tomado ninguna de las medidas que hubiera podido tomar –de política fiscal, de regulación, de organización del Estado,…- para que la situación de le economía española no fuera hoy tan mala como es. Zapatero se ha dejado llevar por el mercado inmobiliario, permitiendo un enorme déficit exterior –mayor que el de los Estados Unidos- y una inflación siempre superior a la europea, es decir, llevando a la economía española por una senda insostenible que se sabía insostenible. Es decir, que si en los problemas de la economía global Bush tiene su parte de culpa, en los de la economía española Zapatero tiene su buena parte de culpa.
¿Más parecidos con Bush? Según The Economist, Bush es el “America's polariser-in-chief”, mientras que Obama atrae a los votantes independientes, cansados de sectarismos ideológicos, deseosos de pragmatismo y de soluciones políticas transversales. Zapatero, al contrario que Obama, que ha ganado independientes, ha conseguido el desapego o la franca oposición de una larga lista de personas destacadas de todas las tendencias ideológicas, especialmente de la izquierda, incluso dentro de su propio partido. También en ésto es Zapatero como Bush, que consiguió, por ejemplo, que un ex-miembro de su gobierno, Colin Powell, apoyara a Obama en contra del candidato republicano.
Zapatero ha optado por el sectarismo y el desprecio hacia un cierto consenso básico nacido en la transición política con continuas cesiones a los partidos nacionalistas, reduciendo más y más el espacio sentido como común por la mayoría de los ciudadanos, hasta el punto de provocar la creación de un nuevo partido, UPYD. Por cierto, un partido transversal, en el que se encuentran cómodos ciudadanos con una amplia gama de ideas políticas.
Respecto a Zapatero ya va siendo hora de decir lo mismo que Obama respecto a la política de Bush : “Yes, we can”.