domingo, 20 de diciembre de 2009

El desastre de los Presupuestos

Hace unos días, con el voto, entre otros, del diputado Vicens, fueron aprobados los Presupuestos Generales de nuestra comunidad para 2010. El Govern puede, pues, relajarse: una vez aprobados los Presupuestos, que son la pieza legislativa imprescindible para mantenerse en el gobierno –cosa diferente de gobernar-, el President Antich, la Presidenta Armengol, etc., podrán dedicarse a elaborar códigos éticos –en papel mojado, naturalmente-, a administrar las disputas de y con sus socios, y a manifestar con gran solemnidad que esto, entre todos, lo vamos a arreglar: el Pacte per la Competitivitat y otras piezas retóricas similares.
Pero merece la pena echarle un vistazo a los grandes números para reflexionar sobre dónde estamos y hacia dónde vamos.
El Conseller Manera comenzó las negociaciones del presupuesto durante el verano con el objetivo de reducir los gastos en €500 millones respecto a 2008. Imposible. El President Antich y el Conseller Manera no consiguieron convencer a sus socios de que una brutal caída de los ingresos exigía un serio esfuerzo de austeridad y la reducción de gastos se quedará en sólo unos €170 millones. Es decir, la capacidad de presión de UM, ERC, EU, PSM, etc., hace que en 2010 vayan a gastarse €330 millones que con toda seguridad podrían haber no llegado al presupuesto si el President y el Conseller de Economía hubieran tenido la energía política suficiente. €330 millones como mínimo. Lástima.
Lástima porque, además, para gastar esos prescindibles €330 millones la CAIB tendrá que endeudarse: los Presupuestos prevén un incremento de su endeudamiento de 694 millones de euros en 2010. Esa deuda se añadirá a la que la CAIB tendrá al finalizar el año 2009, que estará en torno a los 4.200 millones de euros, para llegar a alcanzar al finalizar el año 2010, previsiblemente, unos 5.000 millones de euros, sin incluir la no despreciable deuda de las corporaciones locales.
El PIB de Baleares en 2008 fue de 27.500 millones de euros (a precios corrientes). El PIB es el flujo de renta del que deben salir los fondos para reducir esa deuda. Para 2009 se estima una reducción del 3,8%, es decir, que el PIB de 2009 será de unos 26.500 millones de euros a precios de 2008. Suponiendo un 2% de inflación total en el bienio 2009-2010 y un crecimiento del 0% en 2010 (la previsión para España del servicio de estudios del BBVA, por ejemplo, es del -0,7% y la de The Economist, del -0,1%), el PIB de 2010 será de unos 27.000 millones de euros. Es decir, que, juntando las piezas del puzzle, tendremos una deuda de 5.000 millones de euros para un PIB de 27.000 millones. €5.000 millones como comunidad autónoma, porque como parte de España nos afecta, naturalmente, el endeudamiento del resto de las administraciones públicas españolas: dentro de un año, es decir, al finalizar el 2010, se estima que el endeudamiento de todas las administraciones públicas representará un 63% del PIB, es decir, unos €650.000 millones de euros.
Los €5.000 millones de deuda de la CA, ¿son mucho o poco? El nivel de endeudamiento adecuado para una comunidad autónoma o para el conjunto de la administraciones es una cuestión de gran alcance que depende de muchos factores coyunturales y estructurales, una cuestión compleja que no pretendo, un mucho menos, abordar aquí en su totalidad. Pero sí hacer algunas consideraciones sobre la sostenibilidad del ritmo de gasto y sobre las previsibles consecuencias políticas.
Si Baleares recuperara crecimientos altos del PIB el peso de la deuda sería menor: siendo más ricos el mismo nivel de endeudamiento –por ejemplo, €5.000 millones- sería relativamente menor. Además, si crecimientos altos del PIB se recuperaría la recaudación fiscal: más ingresos, más solvencia, mayores niveles de gasto sin endeudamiento. Lamentablemente nadie prevé esos crecimientos altos en los próximos años.
Si España recuperara crecimiento altos del PIB se recuperaría la recaudación fiscal y habría dinero para dar a las CA. Lamentablemente nadie lo prevé, por lo que España, para no acabar como Grecia, se habrá de enfrentar a una seria consolidación fiscal durante los próximos años, es decir, a reducir su gasto público y a considerar el aumento de algunos impuestos. Consecuentemente habrá poco dinero para las CA, especialmente para aquellas, como la nuestra, que no pueden presionar efectivamente al Gobierno, como Cataluña.
Es decir, malas perspectivas por el lado de los ingresos. Por otro lado, €5.000 millones de deuda pueden llegar a costar mucho dinero en intereses. ¿Qué pasará cuando los tipos de interés suban, cuando el EURIBOR pase del 1% al 3% o al 4%? ¿Cuántos millones de euros habrán de pagarse que no podrán gastarse en otras cosas?
La combinación de estancamiento de la economía balear y española, alto endeudamiento y futuro aumento de los tipos de interés, dibuja un horizonte verdaderamente oscuro. La incapacidad de diseñar unos Presupuestos mínimamente austeros -¡ni siquiera esos €500 millones de reducción propuestos por Antich y Manera en el verano!- es una auténtica irresponsabilidad porque el ajuste de los gastos será inevitable, pero al aplazarlo hasta el año próximo tendrá que ser más severo que el necesario de haberse hecho ahora: habrá que enfrentar un mayor servicio de la deuda (intereses y devoluciones) lo que obligará a reducir otros gastos que acabarán siendo las partidas fundamentales del presupuesto, es decir, educación y sanidad.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Nunca pasa nada

El 7/12 una de las columnas de LEX (Financial Times) se titulaba "Spain". Dice lo siguiente:

Un boom inmobiliario alimentado por dinero barato, mucho consumo ostentoso de astros del fútbol ingleses que se compraron un lugar bajo el sol, y todo sin aparente riesgo de cambio. La descripción corresponde a Dubai. Podría ser, igualmente, España.
La cuarta economía de la eurozona ha sufrido considerablemente durante la crisis financiera. Casi un quinto de los españoles están desempleados. El país flirtea con la deflación. La economía todavía se contrae. Lamentablemente, puede contraerse aún más. Esto también es cierto para las denominadas economías periféricas de Europa, como Irlanda y Grecia, que también tienen unas finanzas públicas débiles. Pero la economía española es aproximadamente cinco veces su tamaño. Sus problemas son, por lo tanto, mucho mayores.
José Luis Rodríguez Zapatero, el primer ministro, ha trabajado para atenuar el golpe. Los €8.000 millones de su paquete de medidas de estímulo del Plan España, equivalentes al 2,3% del PIB, han embellecido parques aquí y mejorado infraestructuras allá. Como el gasto público en todas partes ha ayudado, probablemente, a prevenir el descontento social. También puede haber ayudado a frenar la emergencia de problemas en el sector bancario. La corrección de precios inmobiliarios en España ha sido una fracción de lo que ha tenido lugar en mercados similarmente inflados como Irlanda o Inglaterra. Pero impulsando generosas ayudas sociales y un sector de la construcción ya inflado, ha hecho que España sea menos competitiva.
Los salarios españoles están todavía creciendo a un 4% anual. Incluso después de tomar en consideración el terrible incremento del desempleo, desde menos del 8% en 2007, los costes laborales unitarios también están subiendo –al 0,4% en el tercer trimestre. España no puede devaluar para restaurar la competitividad perdida. Es más, desde la entrada en el euro su tipo de cambio real se ha apreciado más que el los otros países del euro –excepto Irlanda. Pero los salarios irlandeses están actualmente cayendo alrededor del 1%. El próximo año, el Economic and Social Research Institute, con sede en Dublin, afirma que los salarios caerán el 2,5%.
Irlanda, consecuentemente, está asumiendo el sufrimiento. Una vez pase el efecto anestésico del Plan España, el mercado de trabajo español tendrá que asumirlo también. Una caída importante del euro podría volver a aplazar el sufrimiento hasta mañana (en español en el original). Pero no es de ninguna manera una estrategia, es una lotería. FIN DEL ARTÍCULO

Dos días después la agencia Standard&Poors ponía la calificación de la deuda española en perpectiva negativa. Las dudas que suscita hoy en día la economía española son "normales" en el sentido de que son de la misma categoría que las que suscitan Grecia o Irlanda o Portugal, por ejemplo. Digo la misma categoría, no el mismo grado. Hoy en día, la gravedad de los problemas de deuda de Grecia, por hablar de un tema caliente, son incomparablemente mayores que los españoles.

Pero, ¿qué pasará si -o quizás es mejor decir "cuando"- a las dudas meramente económicas se añadan las seriamente políticas?

Tomemos la deuda pública española que deba ser colocada en los mercados financieros en cantidades bastante crecidas compitiendo con la deuda, también abundante, de otros muchos países, digamos bonos a diez años. ¿Algún día alguien en esos mercados se preguntará por el futuro a largo plazo del país que vende esos bonos y que, por lo tanto, es el que tiene que devolver el dinero que pide prestado?

La pasividad del Gobierno en materia de reformas económicas, imprecindibles, es obvia para todos, incluídos, por supuesto, S&P y el Financial Times. La pasividad ante las inciativas políticas que de forma transparente se proponen destruir el estado que pide dinero prestado en los mercados financieros pronto será igualmente obvia para todos. Y pronto será obvio que más que pasividad es, en muchos casos, colaboración: numerosos alcaldes del PSC -el partido de Montilla, Presidente de la Generalitat y exministro del Gobierno de España- han votado a favor de la consulta.

A fecha 11/12 el tipo de interés del bono a 10 años era para Alemania: 3,20%; para España: 3,81%; y para Grecia: 5,30%.

Pues bien, me temo que estamos caminando en la dirección de Grecia. Es decir, en el camino de una cuesta cada vez más empinada: si poner en orden la economía y las finanzas públicas es difícil ahora, pagando el 5,30% sería mucho más difícil. Una tarea más difícil para un gobierno más débil en un sistema político más disfuncional, con instituciones fundamentales -el TC, por ejemplo- cada vez más faltas de legitimidad. Una mala combinación.

Pero, en realidad, no pasa nada. Zapatero dice que las consultas independentistas en Cataluña no van a ninguna parte y que la economía española va a comenzar a crecer de manera inminente.

domingo, 18 de octubre de 2009

Filología catalana

Tuve el honor el jueves pasado de presentar, en Literanta, las memorias de Xavier Pericay (Filología catalana. Memorias de un disidente, Barataria, 2009 y Filologia catalana. Memòries d’un dissident, Destino, 2007). Son unas memorias “una mica particulars, una mica decantades cap a l’assaig polèmic”, y, yo diría, político, en las que la combinación de lo biográfico –vida vivida, experiencias, historia- y lo político, va alimentando una reflexión extraordinariamente iluminadora del hoy catalán y, más ampliamente, español.
Javier es catalán y filólogo. Filólogo lo es académicamente, puesto que es licenciado en filología catalana, lo ha sido profesionalmente durante quince o veinte años, y lo es en tanto que ciudadano ya que como filólogo-ciudadano llevó al espacio público sus cualificadas propuestas sobre la lengua –Grup d’Estudis Catalans. Sin embargo no es, curiosamente, filólogo catalán:
“Com més hi penso, més convençut estic que la filologia catalana no té gran cosa a veure amb la filologia. […]
[A] un filòleg català […] se li reconeix una autoritat en tot el que guarda relació amb Catalunya i els seus problemas. […] En realitat, en la mesura en què són experts en la llengua i en la mesura en què tota llengua, d’acord amb la teoria romàntica vindicada per gairebé tots els nacionalismes i, de forma notable, pel nacionalisme català, reflectéix una cosmovisió, se’ls fa dipositaris preferents d’aquesta cosmovisió. Si dominen la llengua, ¿com no han de dominar alhora el món que n’emana?”(p. 210)

Leo estas palabras de Javier como el punto de llegada de su reflexión de filólogo y de ciudadano, como el final de un largo diálogo de veinte o veinticinco años con su país y con sus colegas. Imagino que Javier comenzó ese diálogo pensado que él era un filólogo catalán –doblemente catalán: por catalán y por su especialidad filológica- para acabar constatando su exclusión de esa categoría dada la imposibilidad de una filología “normal” en Cataluña: la que correspondería a una lengua instrumental frente a la lengua simbólica del nacionalismo.
"Sí, jo, el traïdor, el botifler, l’espanyolista […] sóc dels que no varen escriure pràcticament mai ni una sola ratlla en castellà. Almenys fins al 2000. […] No sé fins a quin punt aquesta constància en l’ús exclusiu del idioma matern és fruit de la militància. O si cal atribuirla a la simple inèrcia. O la por de traspasar la línia. I encara caldria especificar de quina militància es tracta. Sense dubte, no de la patriótica. Sí, en canvi, de la que reclamava un espai no ideologitzat en el si de la lengua catalana, un espai neutre, desproveït d’abscessos sentimentals (p. 410).

El recorrido de Javier ha sido, sin duda, atípico: comienza en un impecable nacionalismo de izquierdas excelentemente adornado con su dedicación a la filología catalana, y acaba en el, digamos, exilio mallorquín y en el comienzo de su escritura en castellano. ¿Por qué? Sin duda por la confrontación entre sus ideas de libertad, de ciudadanía, de sociedad, de cultura, y las que se han desplegado en Cataluña en los últimos treinta años impulsadas por el nacionalismo catalán. O, quizás más exactamente, por la progresiva concreción de esas ideas frente a las del nacionalismo con su inequívoca sumisión de la libertad individual al proyecto colectivo, a cuyo servicio se ha puesto, también, la lengua.
Pero ¿por qué Javier se ha abierto a ciertas razones, a ciertos argumentos, que a muchos otros no han conmovido? ¿Por qué él ha llegado a un inequívoco rechazo del nacionalismo y tantos otros no? Para tratar entender eso sirven las memorias. Para tratar de entenderlo en Javier y para entenderlo en uno mismo, porque la peripecia de Javier y sus reflexiones pueden completar la propia experiencia y la propia reflexión.
Por ejemplo, Javier explica cómo era su medio familiar: su abuelo materno, médico, militante de la CEDA, fusilado al comienzo de la guerra. La familia de su padre, de izquierdas. Me pregunto si esa ascendencia diversa ideológica y socialmente puede haber ayudado a configurar una sensibilidad más abierta a la experiencia y a la reflexión y, por lo tanto, al cambio.
O su formación en el Liceo Francés, es decir, la relativa separación de los conflictos más puramente españoles y catalanes, y, a la vez, el contacto con la enseñanza pública francesa, con su expresa búsqueda del rigor y de la excelencia.
Y más allá de lo puramente personal está lo que pasaba alrededor, cosas que Javier no conoció cuando sucedieron, pero que nos cuenta ahora porque las considera enormemente significativas. Cosas que yo también ignoraba y que supongo que mucha gente ignora. Por ejemplo, la encuesta que la revista Taula de Canvi –revista de izquierdas, ya que estaba ligada al PSUC- dedicó a la cuestión “Escriure en castellà en Catalunya” en 1977. Se trataba de averiguar (cita de la revista):
“[si els] catalans (d’origen o de radicació) que s’expressen literàriament en llengua castellana […] són escriptors castellans o espanyols residents a Barcelona?,¿estan exclusivament vinculats a la cultura literària castellana o espanyola?,¿no pertanyen de cap manera a una cultura catalana no solamente tipificada por la llengua?,¿cal considerar-los com a fenomen conjuntural a liquidar a mesura que Catalunya assumeixi els seus propis òrgans de gestió política i cultural?” (p. 147).

El final del párrafo es demoledor: Fenómeno coyuntural a liquidar al disponer de órganos propios de gestión política y cultural. Los más conocidos hombres de letras contestaron en un sentido generalmente afirmativo a esta pregunta, lo que dice mucho del espíritu abierto, generoso e integrador con la que se iniciaba la nueva democracia.
Todas las respuestas merecen la pena, pero la de Luis Goitysolo me parece extraordinaria:
“després […] d’assegurar que només un referèndum podia dictaminar si els escriptors com ell eren un ‘fenomen conjuntural a liquidar’, concloïa el seu text de resposta –traduït del castellà, com indicava una nota a peu de plana- amb aquestes paraules: ‘Peró, no cal dir-ho, si el monolingüismo fos establert, jo l’acceptaria sense reserves. L’ùnica cosa inmodificable és que jo continuaré pensant i, per tant, escrivint, en castellà’.”

¿De dónde pudo salir tal sumisión, tal renuncia a la propia libertad, a la propia individualidad, como para aceptar que un referéndum pueda decidir en qué lengua se ha de poder escribir? Era, sin duda, el correlato perfecto de la convicción con la que los escritores en catalán manifestaban que, efectivamente, la escritura en castellano era un fenómeno coyuntural a liquidar.
Exactamente el espíritu contrario es el que muestran las memorias de Javier: independencia y valiente ejercicio de la crítica –incluida la crítica de sí mismo- frente a la presión de la tribu y a costa de la propia comodidad.
Volveré sobre ello.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Necesitamos una política y unos políticos modestos

En una esquina de Ses Covetes el Plan E ha dejado una exacta imagen de la política española: un enorme cartel adosado a una casa -de menor tamaño que el monstruoso cartel- nos anuncia que se han gastado 60 mil euros en el asfaltado de una calle.



Su coste directo debe suponer el 5% del valor de la obra (3.000€) a lo que habrá que añadir un día el coste de retirarlo, transportarlo y reciclado. Todo este gasto -de recursos que no tenemos porque estamos en medio de una crisis terrible- para conseguir… contaminación visual durante unos cuantos años. ¿Es posible que en ningún nivel de nuestra frondosa Administración –nacional, autonómica, insular, municipal- nadie se haya dado cuenta del disparate y haya podido hacer algo para evitarlo? Todos los discursos de servicio al ciudadano, de responsabilidad, de rigor, de honradez chocan con la realidad de muchos políticos cortos de seriedad, autocomplacientes, megalómanos, y tolerantes con la corrupción, que llevan a cabo políticas descuidadas, ineficientes y derrochadoras.
¿Qué es sino autocomplacencia y absoluta insensibilidad ante las preocupaciones de los ciudadanos la decisión del Parlament de pagar 157 mil euros en la adquisición de una escultura para conmemorar esta legislatura (UH, 18.09.09)? Pero los parlamentarios ¿no se han enterado del número de parados, de las empresas que cierran, de las deudas de la Administración, etc.? ¿Qué se va a conmemorar? ¿Que varios imputados por gravísimos casos de corrupción se sientan en el Parlament?
La ineficiencia se nos muestra cada día. Por ejemplo, el Sr. Carbonero, Conseller de Vivienda, se declara preocupado porque solo el 8,1% de viviendas se dedican al alquiler y para llegar al 20% pretende ofrecer ayudas a promotores y propietarios (DM, 18.09.09). Debería explicar por qué se preocupa y por qué quiere llegar al 20%, pero, sobre todo, cómo se financiarán las ayudas dada la situación de la economía, y preguntarse si la causa del tamaño del mercado de viviendas en alquiler no será consecuencia de una legislación absurdamente restrictiva que impide el correcto funcionamiento del mercado. ¿No sería, entonces, más efectivo y más barato mejorar la legislación para que los propietarios del gran parque de viviendas susceptibles de ser arrendadas las pongan en el mercado? Es decir, en lugar de poner el aire acondicionado –la mala regulación legal- y luego la calefacción –las ayudas- implementemos la solución eficiente de quitar el aire acondicionado y la calefacción: permitamos que el mercado funcione. Naturalmente, lo que diga el Conseller de Vivienda será entonces menos relevante, quizás incluso sobre. En cualquier caso la Administración podrá dedicar su atención a problemas más reales.
Pero parece como si faltaran problemas reales aquí y ahora ya que nuestros gobernantes buscan fueran otros de mayor entidad, de más alcance. ¿Megalomanía? La Sra. Armengol, por ejemplo, preside Arco Latino, una organización internacional de administraciones locales, que pretende ser una voz que se oiga en la UE y todo el Mediterráneo. Al aceptar la presidencia hace unos meses hizo un discurso citando a Krugman, la crisis global, el fracaso de la globalización, y pretendiendo repensar el papel de las administraciones locales en relación a ese marco mundial para, por ejemplo, “favorecer la economía productiva”. Pero, ¿no está estirando más el brazo que la manga? Los enormes problemas citados no han de enfrentarse en el nivel de una administración local cuando ni siquiera el nivel nacional parece el adecuado. Bajemos a tierra, por favor, y concentrémonos en la tarea más modesta y mucho más valiosa de atender las necesidades de los ciudadanos que son competencia del Consell Insular. Para los mallorquines la dimensión internacional de la Sra. Armengol es perfectamente prescindible y agradecerían que se concentrara en hacer más eficiente la Administración que dirige. Tiene tarea de sobra en Mallorca como para proponerse arreglar la crisis global.
Junto a estos son innumerables los ejemplos de la incapacidad de muchos responsables políticos para reconocer cuáles son los problemas relevantes y para decidir sensatamente cuáles son las prioridades, para entender los límites de los recursos y de la efectividad de la intervención pública, para interiorizar que todos los recursos que tiene la Administración han sido aportados por los ciudadanos y que no pueden desperdiciarse.
Por eso debemos exigir modestia, contención, humildad y honradez, no sólo económica, también intelectual, para que se reconozcan los verdaderos problemas y la política se dedique a tratar de resolverlos.

domingo, 2 de agosto de 2009

Financiación autonómica y transparencia

En el documento sobre financiación autonómica aprobado recientemente (76 páginas) sobra retórica y faltan números. Los técnicos del Ministerio de Economía y Hacienda habrán realizado numerosas simulaciones sobre las consecuencias del nuevo sistema de financiación, es decir, sobre los recursos que cada año recibirá cada comunidad autónoma en diferentes escenarios económicos (crecimiento del PIB, paro, inflación, etc.). Esas cifras serían muy útiles, más aún, son imprescindibles, para que los ciudadanos entiendan y puedan juzgar lo que el Gobierno central y los autonómicos hacen. ¿Por qué, entonces, no se han puesto a su disposición? O, en aras de una democracia mejor, ¿por qué no se ha dispuesto en la web del MEH un sistema, facilísimo en estos días, que permita a cualquiera que lo desee simular el funcionamiento del sistema que, no lo olvidemos, servirá para distribuir entre las CCAA en torno al 15% del PIB español, es decir, unos 150.000 millones de euros que los ciudadanos aportan con sus impuestos, presentes o futuros?
La respuesta es que los números son peligrosos: las palabras pueden, frecuentemente, reinterpretarse, retorcerse, adaptarse a las conveniencias del momento, permiten decir una cosa y la contraria en días consecutivos –el Presidente del Gobierno es muy aficionado a eso- pero los números atan de manera efectiva cara al futuro y dificultan la venta de humo –“todas las CCAA ganan”- y el interesado autismo autonómico de los políticos de todos los partidos –“mirad cuánto ganamos”, “yo conseguiría más”, y “a quién le importa el agregado de la financiación”. Consecuentemente, fuera números.
Veamos el caso de nuestra Comunidad respecto a financiación y a transparencia. ¿Recibió el Presidente Antich los números a que nos referíamos antes? Hemos de suponer que sí porque si no sería un completo irresponsable. Seguro que los recibió y los hizo analizar cuidadosamente por sus –nuestros- técnicos. Más aún, el Conseller Manera habrá, sin ningún género de dudas, completado el proceso que convierte población, superficie, crecimiento económico, insularidad, etc. año a año en recursos. Entonces, ¿por qué no ha puesto esos datos de la forma más completa y accesible a disposición de los ciudadanos que residen en estas Islas? ¿No se espera en una democracia transparencia e información para que los ciudadanos puedan participar en el debate político? La conclusión que se impone, lamentablemente, es que la transparencia y el acceso de los ciudadanos a la información no están entre las prioridades de nuestros gobernantes.
¿Qué debemos pensar, entonces, de la financiación de las Baleares con el nuevo sistema? El Presidente Antich se esfuerza en construir un discurso de éxito alrededor de la cifra mágica de 500 millones y de la expresión “media de financiación per cápita” –sin ni siquiera referencia clara a un año preciso- pero parece que teme por la fragilidad de su retórica: si los números la avalaran ¿no sería ya pública la hoja Excel que él tiene, sin duda, entre sus papeles? No hay más remedio, por lo tanto, que desconfiar.
Incluso faltos de la información detallada que ni el Gobierno ni el Govern quieren que tengan los ciudadanos hay, sin embargo, una crítica muy seria que se debe hacer al Govern. El nuevo sistema de financiación se ha acordado de una forma antidemocrática y disfuncional –bilateralidad, arbitrariedad, opacidad- por un motivo perfectamente comprensible: el Gobierno ha estado comprado su supervivencia política. Esto ha sido mansamente aceptado por el Govern. Ahora bien, más allá del concreto volumen de recursos que la Comunidad recibirá en el futuro –cuestión, como decíamos, envuelta en una espesa niebla- los intereses a largo plazo de nuestra Comunidad sólo pueden ser efectivamente defendidos en una negociación multilateral, racional y transparente, porque nunca tendremos la capacidad de “retorcer el brazo” del Gobierno que tiene, por ejemplo, Cataluña. Es decir, aún dejando aparte los valores constitucionales de igualdad y de solidaridad entre los ciudadanos, la consideración de los intereses de la Comunidad en su interpretación más estrecha obligaría a reclamar multilateralidad, racionalidad y transparencia, pero en lugar de hacerlo el Govern ha preferido ayudar al Gobierno y a Zapatero a trabajarse su supervivencia política, es decir, ha puesto los intereses de Zapatero y del Partido Socialista por delante de los intereses de la Comunidad.

martes, 14 de julio de 2009

La financiación autonómica

Independientemente del resultado –que parece será malo por varias razones- la elaboración del nuevo sistema de financiación autonómica es muy disfuncional. Y la posición del Govern de la CAIB, aparentemente preparado para mostrarse orgulloso de su desempeño, no especialmente brillante.
Que no podamos hablar del sistema todavía, cuando está, parece ser, a punto de ser cerrado, es el primer motivo de crítica. Recordemos que estamos tratando de un volumen de recursos que suponen en torno al 20% del PIB, que son financiados, como no podía ser de otra manera, con los impuestos de todos los españoles, y que deben servir para la provisión de servicios fundamentales, como la sanidad y la educación, en condiciones de igualdad. Es realmente sorprendente, por no decir escandaloso, que la distribución de tales recursos no se base en rigurosos criterios técnicos discutidos con transparencia. Las razones apuntadas anteriormente ya exigen ese debate transparente y riguroso, pero, además, siendo las CCAA un elemento fundamental de nuestro sistema político, esta tramposa manera de diseñar la financiación que gusta a Zapatero rebaja sustancialmente la calidad de nuestra democracia.
Otro motivo de crítica es la mentira de que si “todas las CCAA ganan, todas deben estar contentas”. Esta afirmación supone que un sistema que arbitrariamente favorezca a unas CCAA frente a otras puede ser satisfactorio, cosa imposible puesto que la arbitrariedad es profundamente antidemocrática. Pero, además, el agregado de los fondos que irán a las CCAA sale, como señalábamos anteriormente, de los impuestos presentes o futuros –los que pagarán la deuda que financiará el déficit- de todos los ciudadanos: los intereses del común de los ciudadanos son los que se olvidan en el chalaneo que el Presidente Zapatero llama “negociación”.
¿Y el Govern de la CAIB? Completamente a remolque de los planteamientos de Zapatero, es decir, haciendo de comparsa en la solución del futuro político de este Gobierno que necesita encontrar apoyos en el Parlamento: cueste lo que cueste, al fin y al cabo pagan otros.
El sistema de financiación autonómico del año 2002 perjudicó notablemente a Baleares que ha recibido un volumen de recursos claramente por debajo de lo razonable. La solución a un mal sistema no es otro mal sistema que proporcione ahora a la CAIB un volumen superior de recursos, sino un sistema técnica y políticamente correcto, porque proporcionará el volumen justo de recursos de forma permanente, volumen justo que sería, sin duda, muy superior al actual. El Govern, al aceptar un sistema diseñado para satisfacer las exigencias de las grandes CCAA, especialmente de Cataluña, que son la clave de la supervivencia política de Zapatero, está situando a la CAIB y a sus ciudadanos en una posición de debilidad, porque nunca podrá competir con la capacidad de “retorcer el brazo del Gobierno” que tienen Cataluña o Andalucía. Es decir, no sólo los principios, sino la defensa de los intereses de los ciudadanos residentes en la CAIB, deben llevar al Govern a oponerse a los trapicheos del Presidente Zapatero. La CAIB conseguirá consolidar una posición de fortaleza a largo plazo si rechaza la arbitrariedad como método y defiende, simplemente, un sistema justo.

viernes, 12 de junio de 2009

Un poeta habla de UPyD

UPyD, Unión Progreso y Democracia, ha tenido un buen resultado en estas elecciones. Mucha gente de todas las tendencias ideológicas lo reconoce y he percibido verdadera simpatía y respeto en muchas personas de las que he recibido la enhorabuena. Supongo que, finalmente, el común de la gente percibe el esfuerzo que hemos hecho y la dificultad de nuestro empeño. Otra cosa es, naturalmente, si se comparten nuestras ideas o no. Ahí yo creo que las personas sensatas pueden disentir seriamente de nuestros planteamientos, pero admiten que son ideas políticamente razonables, es decir, susceptibles de entrar en el debate político para ser discutidas, argumentadas, confrontadas con otras ideas, y saben, además, que pueden recibir el apoyo de muchos ciudadanos.
Junto a mucha gente sensata está el hooligan autosatisfecho y cerril que dispone, además, regularmente, de espacio en los diarios en calidad de comentarista político y es frecuentemente categorizado como “escriptor”. ¿Alguien que no sea un hooligan escribiría cosas como estas: “la panda de forasteros y peligrosos despistados de UPyD”, “depredadores de nuestra cultura”, “asquerosos sapos inflados de veneno herederos de Rabasco”? (http://dbalears.cat/arxiu/pdf/466/4)
Dan ganas de responder en su mismo tono y comparar esos comentarios, con, por ejemplo, el rebuzno o la ventosidad, pero el tema es tan serio que difícilmente admite ni siquiera la ironía.
El problema no es que exista el hooligan, el tipo faltón y despreciativo que se siente orgulloso de llamar “sapos asquerosos” a miles de ciudadanos de toda condición que han ido a votar a UPyD -ciudadanos que, además, probablemente, en promedio, son gente más informada y más crítica que el conjunto de la ciudadanía: al fin y al cabo la presencia de UPyD en los medios de comunicación ha sido infinitamente menor que la de otras opciones políticas. El problema es que el hooliganismo se ha convertido en muchos ámbitos en un comportamiento loable mientras se ejerza sobre aquellos que se atreven a discutir cualquier política basada en la identidad, y que se ejerce con tal descaro que incluso mucha gente que, aún aceptando básicamente esas políticas basadas en la identidad, lo rechaza, se calla, sin embargo, para no ser incluida en la categoría de los malos, los antimalloquines, los que odian la cultura catalana, los que quieren minorizar la lengua, etc., etc.
Me apena –y en cierto modo me fascina- que un tipo que se autodescribe como “poeta, narrador y articulista de prensa”, que pertenece a una asociación de escritores (la AELC), que debe, por lo tanto leer de vez en cuando, y que vive en un país pacífico, básicamente libre, con un sistema de protección social avanzado –estoy hablando, naturalmente, de España- y que debe tener una vida bastante amable, sea capaz de mostrar con tal franqueza ese odio absurdo, y de hacerlo, además, con orgullo.
En fin, leámoslo una vez más: “colla de forasters i perillosos errats de comptes d’UPyD […] Malanats depredadors de la nostra cultura. Fastigosos calàpets inflats de verí hereus d’en Rabasco”. Leámoslo, porque si no, de tan absurdo, llegaremos a pensar que no es verdad, que lo hemos imaginado. Y conviene recordarlo porque no es una broma, es, sencillamente, inaceptable, y refleja una actitud que está en la raíz de muchos de los problemas políticos que han hecho surgir a UPyD.

sábado, 6 de junio de 2009

The Economist se fija en UPyD

En el último número de The Economist, un artículo dedicado a España: Zapped, que se ocupa de Zapatero, de sus trucos y de sus problemas, y, ¡caramba!, de UPyD y de Rosa Díez.
La prensa española, salvo excepciones, ignora a UNIÓN PROGRESO Y DEMOCRACIA. The Economist, sin embargo, que hace periodismo global de extraordinaria calidad, hace su trabajo y dedica su atención a UPyD. Si un observador no sectario, como The Economist, considera que UPyD es un fenómeno político importante, ¿por qué será que algunos grandes periódicos, como el Última Hora, de Baleares, o El Pais, le dedican escasa o nula atención? ¿Algo de sectarismo, quizás?

sábado, 16 de mayo de 2009

La UIB como páramo

Hace dos meses la Confederación de Empresarios de Andalucía celebró unas jornadas (“Respuestas ante la crisis”) en las que expusieron sus puntos de vista Paul Krugman, José María Aznar y Felipe González: un premio Nobel y dos expresidentes del Gobierno. Hubo otros ponentes, entre ellos Francisco Sosa Wagner. Si la lectura de su biografía de académico -catedrático de Derecho Administrativo-, ensayista, escritor -ha ganado varios premios literarios- y político –secretario general técnico del Ministerio de Administraciones Públicas de 1982 a 1987- no fuera suficiente, el dato de su presencia como conferenciante junto a personalidades tan destacadas como Krugman, Aznar y González bastaría para convencer al menos partidario del interés de escucharle y de poder hablar con él.
Pues bien, la pasada semana Francisco Sosa acudió a la UIB para dar una conferencia sobre “El estado autonómico: balance y perspectivas” invitado por la Facultad de Derecho y la conferencia se convirtió en una actividad semiclandestina, escasamente anunciada tanto a la comunidad universitaria como a la sociedad en general, y escasamente atendida.
¿Cómo explicar que esto suceda en la institución que tiene encomendada la tarea de formar a la que debería ser la élite del país, donde deberían florecer los valores universitarios de compromiso con el conocimiento, con el debate libre, con la discusión y con la crítica? ¿Dónde se ocultan la vitalidad intelectual y el valor moral sin los que la universidad, salvo como organismo administrativo o edifico público, no puede existir?
Bien, quizás conviene, en primer lugar, rebajar las expectativas sobre el vigor intelectual y moral de los universitarios para entender con cuánta facilidad pueden optar por mimetizarse con el entorno renunciando a tener un criterio propio y cómo la docilidad se puede llegar a convertir en norma, y con esas expectativas rebajadas considerar hasta dónde hemos llegado.
En la UIB hay un modelo ideológico-sentimental dominante: ser catalanista y de izquierdas. Variadas proporciones de esos dos ingredientes configuran el “cómo hay que ser” en nuestra universidad. Es un patrón, en mi opinión, bastante superficial, pero tiene, sin embargo, una gran fuerza porque es el que la institución ha adoptado, especialmente por el lado catalanista, y porque se ve reforzado por el discurso de la identidad de casi todas las instituciones políticas y de muchos medios de comunicación –por el discurso y, naturalmente, por el presupuesto. Obviamente la fuerza del patrón se relaciona con la falta de voluntad de resistirse de los que creen que una universidad para estar realmente viva no puede estar al servicio de un modelo, sea este catalanista-de-izquierdas u otro, y esa voluntad es, evidentemente, más bien débil: mejor no discutir, no significarse, no incomodar.
Y así, en muy buena medida a través de la censura social y de la autocensura individual, se reduce efectivamente el terreno del debate, excluyendo los temas y las posiciones que se apartan del discurso dominante, o que lo ponen en cuestión o, menos aún, que pudieran llegar a ponerlo en cuestión, no sea cosa que alguien se moleste. Y ahí es donde se empieza a crear el páramo en lugar de cultivar un jardín, cuando la universidad hace precisamente lo contrario de lo que debiera: en lugar de ampliar el debate, enriquecerlo, oxigenarlo, lo cierra, lo empobrece, lo sofoca.
El conformismo de los universitarios refleja bien el conformismo y la falta de sentido crítico de una parte no despreciable de la sociedad, pero es moralmente peor que el conformismo general: ¿en qué ámbito es más fácil ser crítico, ser independiente, manifestarse libremente? ¿En qué ámbito es más necesario estar siempre abierto a las razones ajenas?
Más allá del sentido moral, el conformismo y la ausencia de debate son una tragedia de largo alcance porque nos condenan –nos condenamos- a una sociedad cerrada, aldeana y gris; a una sociedad fácil de dominar por políticos profesionales de tercera división, en la que se multipliquen el clientelismo y la corrupción; a una sociedad no apta para acomodar una economía avanzada y próspera porque será incapaz, ya lo está siendo, de analizar con rigor sus propios problemas, precondición del diseño de las mejores soluciones.
Hablemos, pues; hablemos francamente, sin miedo, aunque moleste.

martes, 21 de abril de 2009

Multilingüismo (3)

"¿Qué ocurre a continuación, por el amor de Dios? Debí de estar temblando de pura frustración, temblando. ¡Ah!, exclamó papá; había una laguna en la traducción de Voss, como en todas las traducciones disponibles. A decir verdad, lo que estaba sobre la mesa era el texto original de Homero en griego, junto a un diccionario y una gramática elemental. ¿Y si intentábamos descifrar el candente pasaje nosotros mismos? El texto griego, añadió mi padre, no era difícil. Tal vez lográramos comprender la respuesta de Aquiles. Y, cogiéndome un dedo, lo colocó sobre las siguientes palabras griegas:

¡Insensato! No me hables de rescate ni me lo menciones.
Antes que el día fatal alcanzara a Patroclo,
grato de algún modo era para mi alma perdonar la
vida a los troyanos, y a muchos apresé vivos y vendí.
Pero ahora no ha de escapar de la muerte ninguno de todos
los troyanos que la divinidad arroje en mis manos ante Ilio,
y, sobre todo, ninguno de los hijos de Príamo.

Por esa razón, amigo, vas a morir. ¿Por qué te lamentas así?
También Patroclo ha muerto, y eso que era mucho mejor que tú.
¿No ves cómo soy yo también de bello y de alto?

Soy de padre noble, y la madre que me alumbró es una diosa.
Mas también sobre mí penden la muerte y el imperioso destino,
y llegará la aurora, el crepúsculo o el mediodía
en que alguien me arrebate la vida en la marcial pelea,
acertando con una lanza o una flecha, que surge de la cuerda.

Tras lo cual, Aquiles sacrifica a Licaón, hincado de rodillas.
Mi padre leyó el texto griego varias veces seguidas. Me hizo repetir las sílabas con él. Abrió el diccionario y la gramática. Como el dibujo de un mosaico de vivos colores oculto bajo la arena sobre el que se vierte agua, las palabras, las frases cobraron forma y significado para mí. Palabra tras palabra declamada, verso tras verso. Recuerdo nítidamente el asombro que en mi agitada y difícilmente madura conciencia infantil produjo la palabra amigo, en mitad de la frase mortal: «Por esa razón, amigo, vas a morir». Y la monstruosidad, en la medida en que era capaz de calibrarla, de la pregunta: «¿Por qué te lamentas así?» Muy despacio, prestándome su valiosa pluma Waterman, mi padre me permitió trazar algunos de los caracteres y los acentos griegos.
Y aguijoneando aún más mi curiosidad (aún habría de pasar algún tiempo hasta que descubrí que las traducciones de Homero no omitían los pasajes más emocionantes), como quien no quiere la cosa, mi padre me hizo una nueva proposición: « ¿Qué tal si aprendemos de memoria algunos versos de este episodio?». Para que la serena crueldad del mensaje de Aquiles, para que su dulce terror no nos abandonase jamás. ¿Quién iba a decirme, además, lo que encontraría sobre mi mesilla de noche al entrar a mi habitación? Salí disparado como una flecha, y allí estaba mi primer Homero. Puede que el resto no haya sido más que una apostilla a aquel momento."

George Steiner, Errata. El examen de una vida, Siruela, 1997, página 27

lunes, 20 de abril de 2009

Multilingüismo (2)

"La confirmación llegó una noche de invierno, poco antes de mi sexto cumpleaños. Mi padre me había contado a grandes rasgos la historia de la Iliada y había puesto el libro fuera de mi impaciente alcance. Ese día lo abrió ante nosotros en la traducción de Johann-Heinrich Voss, de 1793. Papá escogió el canto XXI. Enloquecido por la muerte de su adorado Patroclo, Aquiles aniquila a los troyanos, que se baten en retirada. Nada puede detener su furia homicida: uno de los hijos de Príamo se cruza en su camino. El malvado Licaón acaba de regresar de Lemnos para ayudar en la defensa de la ciudad de su padre. Poco antes, Aquiles lo había capturado y vendido como esclavo en Lemnos, poniéndolo así de forma irónica a salvo. Pero Licaón ha vuelto. Y ahora el espantado joven reconoce el ciego horror que, cual tormenta, se desata a su alrededor apoderándose de él.

...y él corrió y se abrazó a sus rodillas, agachándose. La pica pasó por encima de la espalda y quedó en tierra enhiesta, ansiosa de saciarse de su varonil carne. El otro le suplicaba, cogiéndole con una mano las rodillas, mientras con la otra sujetaba la encastrada lanza sin soltarla. Y dirigiéndose a él, le dijo estas aladas palabras: «¡A tus rodillas te imploro, Aquiles: respétame y apiádate! Para ti, criado por Zeus, soy un suplicante digno de respeto».[trad. de Emilio Crespo Güemes, Gredos, Madrid 1991].

El rastrero terror de Licaón crece por momentos:
Esta aurora es la duodécima desde que he vuelto a entrar en Ilio tras muchas penas, y ahora en tus manos me ha vuelto a poner mi maldito destino. Debo de ser objeto
del odio de Zeus padre, que de nuevo me entrega a ti. Para una vida bien breve me engendró mi madre.
Un patético sofisma final:
Otra cosa te voy a decir; y tú métela en tus mientes: no me mates, pues no he nacido del mismo vientre que Héctor, el hombre que ha matado a tu amable y esforzado compañero.

Y, en ese verso, mi padre se detuvo con aire de estudiada desesperación. "

George Steiner, Errata. El examen de una vida, Siruela, 1997, páginas 25-26

sábado, 18 de abril de 2009

Multilingüismo (1)

"Más tarde llegué a comprender la enorme inversión de esperanza contra esperanza, de atenta inventiva, que mi padre realizó en mi educación. Y ello durante años de tormento público y privado, cuando la amarga necesidad de construir un futuro para nosotros a medida que el nazismo se aproximaba lo destruyó emocional y físicamente. Todavía me asombra la cariñosa astucia de sus mecanismos. Nunca se me permitía leer un nuevo libro hasta que no hubiese escrito y sometido a la valoración de mi padre un informe detallado del libro que acababa de leer. Si no había comprendido determinado pasaje –después de que mi padre hiciese su propia interpretación y aportase sus sugerencias-, tenía que leérselo en voz alta. En ocasiones, la voz puede aclarar un texto. Si seguía sin entenderlo, me obligaba a copiar el pasaje en cuestión. Y, con ello, aquel filón acababa normalmente por entregarse.
Aunque yo apenas era consciente de aquel esquema, mis lecturas se repartían de manera equilibrada entre el francés, el inglés y el alemán. Mi formación fue absolutamente trilingüe, y el entorno, siempre políglota. Mi radiante madre empezaba una frase en una lengua y la terminaba en otra. Una vez a la semana, una diminuta escocesa venía a casa para leer a Shakespeare conmigo. Entré en aquel mundo, no sé bien por qué, por medio de Ricardo III. Hábilmente, el primer parlamento que me obligaron a aprender de memoria no fue el de Gaunt, sino la despedida de Mowbray, con su mordiente música de exilio. Un académico refugiado me dio clases de latín y griego. Olía a jabón blando y a tristeza.
Yo no era capaz de concebir, y mucho menos de articular, el propósito que animaba el plan de mi padre. Aceptaba, con ánimo incondicional, la idea de que el estudio y el ansia de conocimiento eran los más naturales y definidos ideales. Conscientemente o no, aquel hombre irónico y escéptico había creado para su hijo un Talmud laico. Debía aprender a leer, a interiorizar la palabra y el comentario en la esperanza, por remota que fuese, de que un día tal vez sería capaz de proyectar sobre ese comentario, de añadir a la supervivencia del texto, un nuevo rayo de luz. Mi infancia se convirtió en un festival de exigencias."

George Steiner, Errata. El examen de una vida, Siruela, 1997, páginas 25-26

jueves, 16 de abril de 2009

Conocimientos elementales

En el debate público sobre la exigencia de ciertos conocimientos de catalán para los empleados de la sanidad pública se utiliza habitualmente la expresión "conocimientos elementales" para valorar los que se exigirán a los futuros funcionarios. La expresión tiene una función muy clara en el discurso de defensa de esa exigencia:
si los conocimientos que se exigen son "elementales" se pueden obtener con un esfuerzo reducido; los que se nieguen a hacer ese pequeño esfuerzo son unos burros faltos de toda buena voluntad que no merecen excesivo respeto. Olvidémonos, por lo tanto, de ellos, y a construir los Países Catalanes.

Me gustaría echarle un vistazo a la magnitud del esfuerzo necesario para obtener esos "conocimientos elementales", y a valorar lo ajustado del término "elementales".
Existe una cosa llamada Common European Framework of Reference for Languages: Learning, Teaching, Assessment (CEFR) que recoge unos estándares definidos para el aprendizaje de idiomas y su evaluación. Este marco distingue seis niveles agrupados en tres escalones:

  • Niveles básicos: A1 y A2
  • Niveles intermedios: B1 y B2
  • Niveles avanzados: C1 y C2

Puesto que el inglés es el idioma extranjero estudiado más frecuentemente en España puede ser útil relacionar esos niveles con los más comunes títulos de inglés, que son los de la Universidad de Cambridge:

  • El nivel B2 corresponde al First Certificate in English
  • El nivel C1 corresponde al Certificate in Advanced English
  • El nivel C2 corresponde al Certificate of Profinciency in English

El nivel B2 es lo que se denomina "intermedio superior" (http://www.britishcouncil.org/es/spain-exams-fce.htm) y el nivel C1, "avanzado inferior" (http://www.britishcouncil.org/es/spain-exams-cae.htm). Los conocimientos de inglés que acreditan estos títulos no se califican, por lo tanto, de "elementales". Entonces, ¿por qué calificar de "elementales" al nivel B de catalán que corresponde, según la Generalitat de Catalunya, al nivel B2 del CEFR, o al nivel C de catalán que corresponde al nivel C1 del CEFR?

La magnitud del esfuerzo necesario para conseguir estos títulos es la segunda cuestión interesante. A través de la Escuela Oficial de Idiomas de Palma de Mallorca podemos valorarlo.

El estudio de idiomas -inglés, catalán, ...- en la EOI se organiza en secuencias de seis cursos anuales. Cada curso consiste en unas 130 horas de clase al año a las que se pueden añadir clases de conversación fuera del que podemos denominar horario regular. Teniendo en cuenta que además de la asistencia a clase es imprescindible añadir el trabajo personal del alumno, un curso supone unas 250 o 300 horas de trabajo anual. Para llegar al nivel B2 (http://www.eoipalma.com/index.php?option=com_content&task=view&id=171&Itemid=88) -el que corresponde al nivel B de catalán- se deben completar cinco cursos, es decir, se llega al nivel B2 con "sólo" 1.500 horas de trabajo: sin duda un esfuerzo modesto que cualquiera con un poco de buena voluntad puede hacer. El nivel C1, que no se alcanza en los cursos regulares de la EOI, supondría otros dos cursos, probablemente los de mayor dificultad, con lo que habría que añadir otras 600 horas.

Para resumir, los conocimientos que se exigen no son elementales y adquirirlos tiene un coste muy elevado para la mayoría de la gente que no venga de un medio en el que se hable habitualmente catalán o mallorquín. O incluso para personas que han estado en contacto regular con el idioma o para las que es su lengua materna. Es decir, que es esperable que funcione como una barrera de entrada muy efectiva para profesionales de regiones en la que no se hable catalán de una u otra variedad. Lo que suscita otra cuestión interesante: ¿se ha pensado precisamente con este objetivo?

jueves, 19 de marzo de 2009

Objetividad informativa

Titular de portada en Última Hora, 18/03/2009:

Nadal se plantea dejar la política y Antich le pide que no dimita.
Seguro que ha sido así:
"President, no puedo más, lo dejo. No puedo aceptar que se dude de mí. Yo, que como el resto de mis compañeros de UM, no he hecho otra cosa que servir a nuestra comunidad dejando de lado todo interés egoísta."
"No, Miquel, por favor, piénsatelo bien, reflexiona: Mallorca te necesita, Palma te necesita, el Govern te necesita. Aguanta, Miquel, por Dios."
"No, Xisco, digo, President, no puede ser".
"Miquel, digo Conseller...".
"Xisco..."

El día 17 se discute en el Parlamento una proposición no de ley sobre no discriminación lingüística presentada por UPYD. EL PAÍS no le dedica ni una sola palabra, ni en la edición impresa ni en la de Internet.
EL PAÍS ha sido mi periódico durante veinte años. Hace cuatro o cinco dejé de comprarlo con regularidad. Ya apenas lo leo: tiene algunas cosas interesantes de vez en cuando, pero no merece la pena perder mucho tiempo en él. Para enterarse de lo que pasa por el mundo mejor leer prensa internacional. Para saber lo que pasa en España la versión de EL PAÍS me parece demasiado sesgada, incluso sectaria.
Comentarios sobre EL PAÍS en el blog de Marc Vidal y en LE MONDE DIPLOMATIQUE:
Los directivos de PRISA pretendieron algo más que crear un gran grupo empresarial de comunicación, quisieron -y necesitaban para continuar sus negocios- gobernar en muchos lugares y ámbitos sin presentarse a las elecciones; y ahí es donde han Fracasado. Sus cuentas de resultados terminaron dependiendo demasiado de unos poderes políticos a los que no se pudieron imponer. El emporio necesitaba, para seguir avanzando, concesiones de radio y televisión, exclusividades millonarias para la difusión de fútbol, contratos editoriales privilegiados... Al final, no fueron tan poderosos para garantizarse todo ello.

miércoles, 18 de marzo de 2009

La economía y las verdades a medias (y 3)

El sistema bancario debe volver a funcionar correctamente para que sea posible salir de la crisis. Eso implica que los bancos centrales sigan proporcionando liquidez –los bancos que antes conseguían fondos en, por ejemplo, los mercados interbancarios o mediante emisiones de bonos consiguen fondos del banco central-, tratando con los llamados activos tóxicos –activos financieros difíciles de valorar y con pérdidas importantes- y recapitalizando, si es necesario con dinero público, los bancos y cajas viables. Estas entidades de crédito viables serán las que puedan volver a facilitar crédito a las familias y empresas.
En el tratamiento de los activos tóxicos y la recapitalización hay importantes cuestiones políticas en juego que resultan perfectamente transparentes en el caso de CCM. Hay básicamente dos alternativas: la dolorosa para el gobierno y más adecuada para la recuperación económica, la relativamente indolora para el gobierno y menos adecuada para todos.
La primera consiste en que otra institución absorba CCM, por supuesto con una imprescindible aportación de dinero público –los ciudadanos pagan- para tapar el agujero. Los gestores de CCM serán recolocados y la crítica áspera de los errores de los gestores de las instituciones financieras que se gastaba con los americanos se suavizará en este caso: pobres, al cabo son compañeros de promoción política. La institución resultante será, probablemente, poco capaz de desarrollar su actividad plenamente: estará cerca de un banco “zombie”.
La segunda consiste en segregar la parte sana del negocio de CCM, venderlo a otra institución, quizás previa una aportación de dinero público que se podrá, probablemente, recuperar. La CCM, sin actividad bancaria, se queda con las pérdidas, los créditos morosos, los gestores y los acreedores que no lo sean en concepto de depósitos para ser liquidada. De esta forma queda una institución bien capitalizada que puede facilitar crédito a la economía y el coste para el Estado se reduce, quizás puede ser nulo.
El debate de esta importante cuestión: cómo abordar el ajuste del sistema bancario, está mereciendo una fracción de la atención dedicada a los problemas de originación de los créditos hipotecarios. ¿Por qué? Yo creo que se explica, simplemente, por una cuestión de tamaño y de un cierto prejuicio ideológico. Tamaño, porque CCM es muy grande y sus gestores tienen una conexión directa con políticos en ejercicio y con poder. Y un cierto prejuicio ideológico basado en una imagen deformada: se produce una especie de connivencia entre el banco, sin escrúpulos, y el individuo que se endeuda por encima de sus posibilidades. Es una situación inteligible, clara, que se ha hecho popular –los NINJA- que, como decía, ha sido un eficaz parapeto para el gobierno.
Los NINJA se van desvaneciendo y los problemas verdaderos van quedando al descubierto, y también algunas cuestiones que se manejan con mucha más dificultad que los NINJA. Por ejemplo, los problemas inaplazables están comenzando a presentarse en las cajas de ahorro. ¿No hay una cierta paradoja en que estas instituciones, más cercanas al sector público que los bancos, no hayan tenido un comportamiento mejor que los bancos, puramente privados, durante estos años de “excesos”? ¿Puede que acabemos descubriendo que había otra burbuja, esta de confianza, en el modelo de gestión de las cajas de ahorro?
Sobre las medidas para salir de la crisis, otro día.

domingo, 15 de marzo de 2009

La economía y las verdades a medias (2)

La generación de créditos hipotecarios en los Estados Unidos ha funcionado realmente mal, pero afirmar que aquí ha pasado poco más o menos lo mismo no es, en mi opinión, correcto: una cosa es decir que la confianza en el mercado inmobiliario ha llevado al sobreendeudamiento a muchos –individuos, empresas, gobierno y ayuntamientos- y otra afirmar que los bancos españoles han concedido créditos en las mismas absurdas condiciones, con la misma falta de rigor, que los americanos –y que no se piense, por favor, que soy del club de amigos de los bancos. Por ejemplo, en The Ascent of Money (p. ), se cita el caso de una hipoteca que durante los dos primeros tenía un tipo de interés fijo de un 9,25% anual y que a partir del tercero tenía un tipo de interés variable de LIBOR+9,75% anual.
¿Cuál es el efecto de esta exageración de la responsabilidad de individuos y bancos relacionándose en el mercado minorista –“nosotros tenemos, en una importante fracción, una basura de hipotecas”? El efecto es sacar de la nómina de los responsables a, en primer lugar, los bancos en otras actividades más allá del mercado minorista de concesión de créditos hipotecarios, en segundo lugar, a las empresas, y, en tercer lugar, al elefante: el gobierno.
Para el gobierno es, sin duda, muy cómodo ser inocente: haber sido pillado por sorpresa sin poder hacer nada, sin haber podido prever –claro, es una crisis global producida por los malos de siempre: los americanos, Bush, los mercados financieros, y aquí por la avaricia y la irracionalidad de bancos e individuos- y tener, ahora, que arreglar el estropicio: “menos mercado, más estado”.
Al respecto es muy interesante lo que está pasando con la Caja de Castilla La Mancha. Leído en El Mundo (9 de marzo):
“Tres promotores que el PP considera amigos de Moltó y del Presidente de la Junta manchega, José María Barreda, copan créditos equivalentes al 40% de los recursos propios de la entidad. […] Una apuesta singularmente arriesgada fue la de financiar al núcleo duro de Inmobiliaria Colonial […] Las acciones de esta inmobiliaria llegaron a cotizar a 6 euros en la primavera de 2007 […] Ahora la controlan los bancos acreedores y el pasado viernes cerraron a 12 céntimos.”
También ha afectado a la CCM la suspensión de pagos de Martinsa-Fadesa, la caída de la cotización de Astroc, los créditos a diferentes promotores inmobiliarios con gran implicación de la CCM, etc. Es decir, una implicación enorme en el mercado inmobiliario mucho más allá del mercado minorista de créditos hipotecarios.
El máximo responsable de todo este lío es un destacado político socialista, Juan Pedro Hernández Moltó, que “ha solicitado a Unicaja una ‘salida’ honorable para él y para sus hombres de confianza en CCM en la cúpula de la nueva entidad o en alguna filial”.
¿Por qué me parece relevante el caso de CCM? Porque las instituciones de crédito con problemas son incapaces de proporcionar crédito a la economía –Sebastián: “Al Gobierno se le está acabando la paciencia con los bancos”-; porque sus problemas son muchos más que la “basura de hipotecas”; porque en la gestión de sus problemas no parece que se vaya a actuar de la manera adecuada para conseguir sanear el sector de bancos y cajas y así lograr que se incremente el flujo de crédito a la economía.
Los elementos con lo que Javier Rey construye sus descripción del problema ocultan, en mi opinión, más que aclaran la situación en España: el pobre comprador de piso sobreendeudado debe ceder su puesto preeminente a Moltó y, junto con el gobierno, entrar en el grupos de los que, equivocadamente, han hecho o dejado de hacer algo importante.
(Continuará)

lunes, 9 de marzo de 2009

La economía y las verdades a medias

Javier Rey ha publicado un artículo sobre la situación de la economía y sobre cómo enfrentarla que me suscita varias cuestiones. Unas tienen que ver con el pasado/presente: porqué hemos llegado a donde estamos, y otras con el presente/futuro: qué hacemos para salir lo mejor posible del lío. Las primeras son más fáciles de formular, las segundas, más difíciles: el futuro, naturalmente.
En el artículo los creadores del problema están claramente identificados: por un lado, los mercados financieros, los bancos, y por otro, los compradores en el mercado inmobiliario. Es una atribución de responsabilidades que coincide con la que ha quedado establecida como verdadera en el espacio público. ¿Es falsa esa atribución? No lo creo: los mercados financieros han funcionado rematadamente mal y mucha gente compró viviendas con precios y en condiciones de financiación absurdas. Ahora bien, creo que la versión es parcial e insuficiente, tanto que tiende a perjudicar seriamente el debate sobre las medidas más adecuadas cara al futuro.
¿Falta alguien junto a compradores de viviendas y mercados financieros? Yo creo que sí: falta el elefante, nada menos.
En España el tipo de interés real cayó desde el 7% en 1989 hasta el 1% diez años después, al tiempo de entrar España en el euro. Más aún, durante los años 2003 a 2006 el tipo de interés real fue negativo. ¿Es un buen estímulo para que la gente se endeude? ¿Y para que compre pisos? Yo diría que bastante bueno, sobre todo siendo el mercado de alquiler tradicionalmente tan malo en España y habiendo, además, incentivos fiscales para endeudarse y comprar pisos. Evidentemente, eso no convierte en aciertos los errores, pero ¿hubieran podido tomar en cuenta los hacedores de la política económica el derrumbe de los tipos de interés y la influencia que podían tener en la tendencia a endeudarse de los diferentes agentes? Quizás una atención especial hubiera sido razonable ya que España –acertadamente, en mi opinión- había renunciado a la política monetaria y al tipo de cambio. Y, posiblemente, la consecuencia de esa atención y de la velocidad a la que crecía el endeudamiento de las familias –los datos no son secretos aunque el común de la gente no suele consultarlos, yo tampoco, pero quizás el gobierno si hubiera debido- le hubiera hecho pensar en la política fiscal.
El problema es que el primero que creyó que el mercado inmobiliario era sólido como una roca fue el Gobierno, seguido de los gobiernos regionales y los ayuntamientos. A la cabeza, Zapatero, al que sólo le ha faltado el traje de Buzz Lightyear con su irreductible optimismo: “Towards infinity and beyond”. ¿O no suenan así sus declaraciones de enero de 2007?

“Éste es un país con espíritu de futuro, a diferencia de otros países occidentales con rentas per cápita altas que no tienen hoy esa actitud. Por eso estamos seguros de que vamos a superar a Alemania y a Italia en renta per cápita de aquí a dos, tres años. Les vamos a coger. […] Sí, sí. De aquí al 2010 les podemos superar perfectamente.”
La lista de aciertos de Zapatero y su gobierno a la hora de juzgar la situación económica es larga: las repetidas afirmaciones de su solidez, de las maravillas del sistema financiero, de la crisis pasando por nuestro lado pero sin afectarnos, hasta el cuadro macroeconómico de los Presupuestos Generales del Estado que contiene, entre otras previsiones, el 1% de crecimiento del PIB en 2009 y un déficit casi nulo.
El papel tan discreto que ocupa la política económica en muchos análisis de la crisis -como el artículo que comento, por ejemplo-, frente al tan destacado del comprador individual de viviendas no deja de sorprenderme.
(Continuará)

domingo, 8 de marzo de 2009

La lengua, Meliá y Muñoz (y 2)

Continua Pere Muñoz:
“…n’hi ha que han començat un altre pic la batalla del dret dels pares a decidir la llengua d’escolarització del seus fills. Supòs que después vendrá el dret a decidir si els fills no estudien matemàtiques, física o història, no?”
Brillante: la reivindicación de la libertad de elección de lengua, que está, sin duda ligada, a la preocupación por la educación, es una muestra de desvarío que podría seguir con la demanda de eliminar las matemáticas de la escuela. Entonces la gente responsable como Pere Muñoz y Josep Meliá tienen que decir: ¡Nada de libertad! –a pesar de ser, nadie lo dude, amantes de la libertad.
En realidad las cosas son al contrario: los partidarios de la inmersión han establecido como primer objetivo de la enseñanza el conocimiento del catalán y el nivel de formación que los alumnos adquieran en otras materias -por ejemplo, matemáticas, física o historia- se sacrifica a la enseñanza del catalán. El resultado no es, evidentemente, lo brillante que imagina Pere Muñoz y el discurso oficial:
“Tenir dues, tres o quatre llengües és una riqueza i per aixó no entenc els pares que volen privar els seus fills d’acabar l’ensenyament dominant com més llengües millor. […] A veure, algú coneix cap escolar que acabi l’ensenyament sense saber parlar en castellá? La resposta es no. En canvi, no coneixem tots escolars que acaben l’ensenyament sense saber parlar en catalá?”

En lugar de producir escolares multilingües el sistema educativo produce en enorme cantidad ciudadanos cero-lingües: el 50% de los alumnos de Baleares al finalizar la ESO son analfabetos funcionales, es decir, no dominan ni el catalán ni el castellano, mucho menos el inglés. Si los padres vieran que sus hijos acaban sabiendo dos, tres o cuatro lenguas estarían encantados con la inmersión pero ven, como todo el que quiere verlo, el fracaso absoluto del sistema, en cuanto a la/las lenguas y a tantas otras cosas: matemáticas, física, historia…
Aunque lo importante no es ser multilingüe, o tener una buena formación para poder desarrollar la propia vida y participar en la vida de la comunidad, lo importante es “sobretot aprendre la llengua pròpia del territori on viuen”.

miércoles, 4 de marzo de 2009

La llengua, Meliá y Muñoz

Josep Meliá, mano a mano con Pere Muñoz en Última Hora (25.02.2009).
Defens no fer articles parlant de llengua. Al tema de l’idioma li hem dedicat tan de temps i d’espai que arriba un moment que un té la sensació que embafasi hi parla. El que passa és que els contraris a la nostra llengua, els que la voldrien de segona,…

Pero ¿es posible que Josep Meliá crea que existe tal cosa como un ser humano cultivando sentimientos "activos" contra el catalán: “els que la voldrien de segona”, similares a los que se pueden sentir hacia, por ejemplo, un equipo de fútbol o un adversario político? No lo creo. Quizás alguien que no tenga interés en conocer el catalán pueda ser declarado enemigo “objetivo” de la lengua. Pero ¿enemigo en el plano de los sentimientos: quererla de segunda? Improbable.
Sucede, sin embargo, que lo políticamente correcto en muchos ámbitos está tan establecido que puedes decir algo delirante sin vergüenza. Cosa que no resulta inútil retóricamente: una vez en el disparate la exigencia de rigor se reduce.
…Existeix un dret universal dels pares a elegir la llengua d’ensenyament dels fills? Si la resposta és afirmativa, aleshores, s’ha d’obrar en conseqüència. Si el dret és universal resulta que, posem per cas, els pares marroquins han de poder exigir que el seus fills siguin escolaritzats en la seva llengua a qualsevol punt del planeta, per exemple a Madrid. Es aixó operatiu i posible?...
¿Es operativo y posible en la Comunidad Balear, en la que la mitad de la población es castellano parlante, que los padres puedan disfrutar de la posibilidad de elegir la lengua de escolarización? Evidentemente lo es, cosa que además de respetar el derecho de los padres mejoraría los deprimentes resultados de nuestro sistema educativo. Entones ¿a qué vienen los padres marroquíes en Madrid? Es una trampa de las que deberían desaparecer.
Si aquest no és un debat de drets sinó d’una altra tipus, es bén hora que la demagogia i la utilització d’arguments tramposos desapareixi.
Otra trampa, pero muy mala, de Pere Muñoz: ¿y si un padre no quiere que sus hijos estudien matemáticas?
(Continuará)

domingo, 8 de febrero de 2009

El Estado francés

Ordenando papeles encuentro unas hojas sueltas del Diario de Mallorca de 18 de diciembre de 2009, suplemento Universitat, y veo que las guardé porque contienen una perla que no debe perderse.
En una de las secciones fijas del suplemento preguntan a algunos estudiantes sobre un libro, un disco y una película. Respecto al libro contesta una estudiante francesa -quizás debería yo escribir aquí: "procedente del Estado francés"- de segundo de Filología Hispánica, que afirma estar leyendo "Kafka a la platja", de Haruki Murakami:

És una història original molt interessant que té un rerefons filosòfic, fantàstic i molt poétic. El director de la meva biblioteca me'l va recomanar perquè sap que m'agraden el llibres d'aquesta mena. El trob molt interessant i per això l'he dut de l'Estat francès a Mallorca, per passar més entretinguda la meva estada a l'illa...

El Estado francés. ¿Es imaginable que una francesa diga "he traído este libro del Estado francés" en lugar de decir "he traído este libro de Francia"? Quizás en sus clases de filología hispánica le hayan enseñado que hoy en día en España no es correcto decir "España", sino "Estado español", y ella lo ha trasladado a Francia a la que, siempre que hable en español, se referirá como "Estado francés". Naturalmente, cuando hable en otros idiomas seguirá hablando de Francia. Quizás cuando hable de España en francés prescindirá de la expresión, ridícula, "Estado español" y hablará de "l'Espagne". Lo mismo en inglés: probablemente dirá "Spain" y no "the Spanish State".

Creo que la explicación, sin embargo, no está en la estudiante. Me parece más probable que el periodista, al día en corrección política -en corrección política ratonera- haya corregido a la estudiante porque él sí sabe que no se debe usar la palabra "España", y, consecuentemente, tampoco la palabra "Francia". ¿Habrá sido un exceso de celo pasajero o debería volver a estudiar?. Quizás mejor darse un paseo por el mundo para aprender que según qué ridiculeces son de consumo exclusivamente español. Aunque si fuera a Francia o a Inglaterra ¿qué diría: "l'État espagnol", "the Spanish State"? ¿Se le escaparía en algún momento l'Espagne, Spain? Espero que no, porque supongo que debe ser terrible ser pillado en algo así.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Ideas para la economía

Portada del Financial Times hoy: “La Unión Europea emite una advertencia sobre el plan Compre América. Amenaza de acción legal frente a esa medida del plan de estímulo”. Evidentemente, es una medida anticompetitiva, proteccionista. Sebastián –recordemos, es un ministro del Gobierno de España-, planteaba hace pocos días la conveniencia de comprar productos españoles para ayudar a salir de la crisis.
El mismo Sebastián advierte: “Al Gobierno se le está acabando la paciencia con la banca”. A la falta de ideas añade un estilo de matón. ¿Cómo puede estar cayendo tan bajo un tipo como Sebastián que, en mi opinión, tenía un respeto bastante general como profesional?
El presidente de una comunidad autónoma –Fernández Vara, Extremadura-, una figura no precisamente irrelevante dada la organización política de España, habla de nacionalizar bancos para resolver el problema de falta de liquidez de la economía. Es decir, para solucionar una crisis que ha sido causada, entre otras cosas, por exceso de crédito, démosle la gestión de la concesión del crédito al gobierno que ha hecho una política económica absolutamente irresponsable durante estos años y que no hace más que esconderse detrás de “la crisis financiera internacional causada por los Estados Unidos”.
Y Zapatero, en su estilo de no tener ninguna responsabilidad más que ser bueno y progresista les dice a los bancos “que no es hora de grandes beneficios, sino de apoyar el crédito y la financiación de las empresas y de las familias”, como si fuera contradictorio tener beneficios y conceder créditos: ¿no es eso, al fin y al cabo, lo que hacen los bancos para ganar dinero?
No creamos, sin embargo, que Zapatero la ha tomado con los bancos. Zapatero tiene otro responsable de solucionar la crisis: la gente, que debe ser optimista y consumir, porque él ya hace todo lo que puede con su sonrisa permanente y sus previsiones siempre positivas, siempre.
Y ya está. Variedad de estilos pero la misma falta de ideas. ¿Dónde acabará el país?

jueves, 29 de enero de 2009

Abuso municipal de la publicidad

Casi media página de publicidad en colores en el UH y en el Diario de Mallorca de 28 de enero:
"Darrrers dies! Reducció del 50% en la quota de la taxa de tractament de residus sòlids urbans. Informació: 010 -www.palma.es. Ajuntament de Palma".
Llamo y me informan de que los ingresos del o de los residentes en la vivienda no han de superar los 10.900€. ¿No se podría haber incluído esta información, fundamental, en la media página del anuncio? Evidentemente sí, pero entonces se hubiera perdido el efecto positivo para el Ayuntamiento del mensaje del anuncio que es: "¡El Ayuntamiento baja la tasa de basuras!". Es decir, mala información y autopropaganda.
En el sitio web se afirma que 4.000 personas podrán beneficiarse de la rebaja y se informa del papeleo necesario. El término "podrán" está muy bien elegido. No es "se beneficiarán" -el trámite es complicado, mucha gente ni se enterará, otras no tendrán los papeles, ...- ni es "podrían" que sugiere que, realmente, lo que se dará es muy poco. Pero el Ayuntamiento se anuncia con sus bonitos contenedores de colores, y además cuando alguien se queje de la tasa de basuras podrán contestar: "Hemos bajado la tasa a los más desfavorecidos" -sin decir a cuántos, naturalmente.
Enfin, todo ventajas. Para el equipo de gobierno del Ayuntamiento, naturtalmente.

martes, 27 de enero de 2009

Una pregunta para el Presidente

Un ciudadano le recordó a Zapatero sus optimistas previsiones económicas antes de las elecciones –íbamos a alcanzar el pleno empleo gracias a sus políticas- y le preguntó si se debían a falta de acierto o a voluntad de engaño. La respuesta de Zapatero no resolvió completamente la cuestión: “Yo puedo equivocarme, pero no engañar”. Es decir, Zapatero excluye la voluntad de engaño, pero no parece seguro respecto a la falta de acierto. Descorazonador, porque si Zapatero no ha conseguido todavía elaborar un juicio claro sobre el pasado –que le hubiera permitido decir simplemente, por ejemplo, “me equivoqué”- ¿podemos confiar en que llegue a tener una visión ni mínimamente acertada sobre el futuro?
Zapatero ha sido un desastre en sus previsiones y, como le señalaba el ciudadano aludido antes, un pésimo consejero. En enero de 2007 se manifestaba sobre el boom inmobiliario:

“Pero un país que crece demográficamente como crece España, básicamente por la inmigración, y como ha crecido, y que crea empleo, va a seguir construyendo viviendas. Es uno de los síntomas. Estados Unidos se caracteriza por estar siempre en crecimiento, y en crecimiento de la vivienda. Vamos a seguir creciendo en el sector de la construcción. El precio de la vivienda se está moderando, como dijimos que se iba a moderar. Éste es un país con espíritu de futuro, a diferencia de otros países occidentales con rentas per cápita altas que no tienen hoy esa actitud.”

No había porqué preocuparse, ni en España, ni en los Estados Unidos. Puede que Zapatero no estuviera bien informado, porque el fin de la burbuja en los Estados Unidos estaba ya en los periódicos y el exceso de viviendas construidas en España, también.
Continuaba Zapatero, lleno de optimismo:
“Por eso estamos seguros de que vamos a superar a Alemania y a Italia en renta per cápita de aquí a dos, tres años. Les vamos a coger. […] Sí, sí. De aquí al 2010 les podemos superar perfectamente. Igualar y superar ligeramente. Es que el recimiento de España está en el 4%. Creando empleo. Es que, insisto, el 60% de los puestos de trabajo que se crean en Europa se crean en España.”
Puede que se Zapatero se equivocara, quizás por no haber pensado seriamente cómo iba a conseguir España alcanzar a Alemania e Italia teniendo en cuenta, por ejemplo, que el fracaso escolar español triplica el alemán y duplica el italiano.
John Kay (Financial Times) escribía refiriéndose a los directores de los grandes bancos:
“Consolaría creer que esas personas saben que están en falta, pero que les han aconsejado negarlo. Si has provocado un accidente de tráfico un instinto humano de decencia es decir “perdón”, pero la letra pequeña de tu seguro te dicta lo contrario. Sin embargo, la mayoría de estos titanes de las finanzas no experimentan pesar porque no se sienten en falta. Realmente piensan que son víctimas, no villanos…”
¡Qué bien se le aplica a Zapatero siempre echándole la culpa a los demás, reclamando a todos que “arrimen el hombro”, y pidiendo a los ciudadanos que colaboren, sin tan sólo una pizca de autocrítica!

domingo, 4 de enero de 2009

Obama y Zapatero. Y Bush

Zapatero ha escrito –bueno, no seamos imprudentes: ha firmado- un artículo sobre Obama que es en realidad un artículo sobre sí mismo y sobre su política. Muy positivo, por supuesto, pero lleno de trampas. Se trata de arrimarse a Obama, atribuirse ideas comunes con él, objetivos comunes, un mismo común espíritu “progresista”. En la vanguardia, naturalmente, Zapatero, encantado de haberse conocido: “Con la victoria de noviembre, los electores le han dado a Obama una magnífica oportunidad, lo sé por propia experiencia; pero sobre todo se la han dado a ellos mismos.” En la vanguardia y calificando de “admirable” la democracia americana. ¿Se ha caído del caballo Zapatero, un hombre con sentido del estado, que permaneció sentado delante de la bandera americana? No importa una caída para tratar de conseguir que el prestigio de Obama y las esperanzas puestas en él presten algo de brillo a su propia política y a sí mismo.
Obama representa, dice Zapatero, el cambio, “un nuevo comienzo”. Sí, pero sobre la continuidad de la nación americana, de la ciudadanía americana, de los ideales americanos, de un ámbito permanente en el que el proceso político tiene lugar. Al contrario que para Obama el cambio de Zapatero ha supuesto, en primer lugar, poner en cuestión esa continuidad en el caso de España –con bastante ayuda, por acción y por omisión, del PP.
Obama, como Zapatero, ha estado en contra de la guerra de Irak lo que para Zapatero señala en la dirección de una futura “agenda progresista global”, que “no es ni siquiera imaginable sin el impulso político dado desde los Estados Unidos”. Es decir, ¿Obama junto a Zapatero de “progresista” por el mundo, y Estados Unidos dejando de hacer la política internacional de gran potencia que vela por sus intereses cuya formulación comparten, básicamente, demócratas y republicanos? Lo dudo.
Obama, como Zapatero, preocupado por el medio ambiente y luchando contra el cambio climático. Esperemos que Obama se tome en serio el cambio climático, pero de todos los países avanzados España es el que más se aleja del cumplimiento de sus compromisos con Kyoto. ¿Se toma en serio Zapatero el cambio climático o toda su preocupación medioambiental es, básicamente, palabrería?
Zapatero quisiera ser identificado con las esperanzas que alienta Obama más que con su propia trayectoria política: cinco años gobernando, es decir, haciendo y dejando de hacer cosas que pueden ser evaluadas. Zapatero es, por lo tanto, más Bush que Obama, y en algunas cosas es muy, pero que muy Bush. Tomemos la economía, por ejemplo. Obama gobernará en medio de una seria crisis económica en cuya gestación no ha tenido, obviamente, parte. Bush, sin embargo, sí la ha tenido, lo mismo que Zapatero. En la gestión pública de la economía durante la era Bush se han cometido errores importantes: de política monetaria, de regulación, fiscales, que van al debe de Bush y que son, en parte, la causa de la crisis económica mundial. ¿La gestión pública de la economía en los años de gobierno de Zapatero ha sido buena? Definitivamente, no. Zapatero no ha tomado ninguna de las medidas que hubiera podido tomar –de política fiscal, de regulación, de organización del Estado,…- para que la situación de le economía española no fuera hoy tan mala como es. Zapatero se ha dejado llevar por el mercado inmobiliario, permitiendo un enorme déficit exterior –mayor que el de los Estados Unidos- y una inflación siempre superior a la europea, es decir, llevando a la economía española por una senda insostenible que se sabía insostenible. Es decir, que si en los problemas de la economía global Bush tiene su parte de culpa, en los de la economía española Zapatero tiene su buena parte de culpa.
¿Más parecidos con Bush? Según The Economist, Bush es el “America's polariser-in-chief”, mientras que Obama atrae a los votantes independientes, cansados de sectarismos ideológicos, deseosos de pragmatismo y de soluciones políticas transversales. Zapatero, al contrario que Obama, que ha ganado independientes, ha conseguido el desapego o la franca oposición de una larga lista de personas destacadas de todas las tendencias ideológicas, especialmente de la izquierda, incluso dentro de su propio partido. También en ésto es Zapatero como Bush, que consiguió, por ejemplo, que un ex-miembro de su gobierno, Colin Powell, apoyara a Obama en contra del candidato republicano.
Zapatero ha optado por el sectarismo y el desprecio hacia un cierto consenso básico nacido en la transición política con continuas cesiones a los partidos nacionalistas, reduciendo más y más el espacio sentido como común por la mayoría de los ciudadanos, hasta el punto de provocar la creación de un nuevo partido, UPYD. Por cierto, un partido transversal, en el que se encuentran cómodos ciudadanos con una amplia gama de ideas políticas.
Respecto a Zapatero ya va siendo hora de decir lo mismo que Obama respecto a la política de Bush : “Yes, we can”.