sábado, 12 de diciembre de 2009

Nunca pasa nada

El 7/12 una de las columnas de LEX (Financial Times) se titulaba "Spain". Dice lo siguiente:

Un boom inmobiliario alimentado por dinero barato, mucho consumo ostentoso de astros del fútbol ingleses que se compraron un lugar bajo el sol, y todo sin aparente riesgo de cambio. La descripción corresponde a Dubai. Podría ser, igualmente, España.
La cuarta economía de la eurozona ha sufrido considerablemente durante la crisis financiera. Casi un quinto de los españoles están desempleados. El país flirtea con la deflación. La economía todavía se contrae. Lamentablemente, puede contraerse aún más. Esto también es cierto para las denominadas economías periféricas de Europa, como Irlanda y Grecia, que también tienen unas finanzas públicas débiles. Pero la economía española es aproximadamente cinco veces su tamaño. Sus problemas son, por lo tanto, mucho mayores.
José Luis Rodríguez Zapatero, el primer ministro, ha trabajado para atenuar el golpe. Los €8.000 millones de su paquete de medidas de estímulo del Plan España, equivalentes al 2,3% del PIB, han embellecido parques aquí y mejorado infraestructuras allá. Como el gasto público en todas partes ha ayudado, probablemente, a prevenir el descontento social. También puede haber ayudado a frenar la emergencia de problemas en el sector bancario. La corrección de precios inmobiliarios en España ha sido una fracción de lo que ha tenido lugar en mercados similarmente inflados como Irlanda o Inglaterra. Pero impulsando generosas ayudas sociales y un sector de la construcción ya inflado, ha hecho que España sea menos competitiva.
Los salarios españoles están todavía creciendo a un 4% anual. Incluso después de tomar en consideración el terrible incremento del desempleo, desde menos del 8% en 2007, los costes laborales unitarios también están subiendo –al 0,4% en el tercer trimestre. España no puede devaluar para restaurar la competitividad perdida. Es más, desde la entrada en el euro su tipo de cambio real se ha apreciado más que el los otros países del euro –excepto Irlanda. Pero los salarios irlandeses están actualmente cayendo alrededor del 1%. El próximo año, el Economic and Social Research Institute, con sede en Dublin, afirma que los salarios caerán el 2,5%.
Irlanda, consecuentemente, está asumiendo el sufrimiento. Una vez pase el efecto anestésico del Plan España, el mercado de trabajo español tendrá que asumirlo también. Una caída importante del euro podría volver a aplazar el sufrimiento hasta mañana (en español en el original). Pero no es de ninguna manera una estrategia, es una lotería. FIN DEL ARTÍCULO

Dos días después la agencia Standard&Poors ponía la calificación de la deuda española en perpectiva negativa. Las dudas que suscita hoy en día la economía española son "normales" en el sentido de que son de la misma categoría que las que suscitan Grecia o Irlanda o Portugal, por ejemplo. Digo la misma categoría, no el mismo grado. Hoy en día, la gravedad de los problemas de deuda de Grecia, por hablar de un tema caliente, son incomparablemente mayores que los españoles.

Pero, ¿qué pasará si -o quizás es mejor decir "cuando"- a las dudas meramente económicas se añadan las seriamente políticas?

Tomemos la deuda pública española que deba ser colocada en los mercados financieros en cantidades bastante crecidas compitiendo con la deuda, también abundante, de otros muchos países, digamos bonos a diez años. ¿Algún día alguien en esos mercados se preguntará por el futuro a largo plazo del país que vende esos bonos y que, por lo tanto, es el que tiene que devolver el dinero que pide prestado?

La pasividad del Gobierno en materia de reformas económicas, imprecindibles, es obvia para todos, incluídos, por supuesto, S&P y el Financial Times. La pasividad ante las inciativas políticas que de forma transparente se proponen destruir el estado que pide dinero prestado en los mercados financieros pronto será igualmente obvia para todos. Y pronto será obvio que más que pasividad es, en muchos casos, colaboración: numerosos alcaldes del PSC -el partido de Montilla, Presidente de la Generalitat y exministro del Gobierno de España- han votado a favor de la consulta.

A fecha 11/12 el tipo de interés del bono a 10 años era para Alemania: 3,20%; para España: 3,81%; y para Grecia: 5,30%.

Pues bien, me temo que estamos caminando en la dirección de Grecia. Es decir, en el camino de una cuesta cada vez más empinada: si poner en orden la economía y las finanzas públicas es difícil ahora, pagando el 5,30% sería mucho más difícil. Una tarea más difícil para un gobierno más débil en un sistema político más disfuncional, con instituciones fundamentales -el TC, por ejemplo- cada vez más faltas de legitimidad. Una mala combinación.

Pero, en realidad, no pasa nada. Zapatero dice que las consultas independentistas en Cataluña no van a ninguna parte y que la economía española va a comenzar a crecer de manera inminente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen artículo Gonzalo, desde aquí te animo a que escribas con más asiduidad.
Saludos.
David_10.

Jose Luis Cortes dijo...

Muy buen comentario, si es cierto. Desde fuera se descubren cada vez más nuestras vergüenzas, y nosotros seguimos de brazos cruzados. Como concluyes, no pasará nada mientrs la gente siga creyendo en este prototipo de hombre-talante.

Saludos a ti y a tu familia, y felices fiestas.

Anónimo dijo...

un análisis muy acertado. No entiendo como "un vendedor de alfombras" como Zapatero llega a Presidente del gobierno y un señor como Gonzalo Lozano escribe timidamente en su blog algo tan sensato y no sale publicado en todos los periódicos. UPyD tiene que apostar fuerte en las próximas elecciones y conseguir entrar en el Parlamento de las IB.